¡Ay, las cañas de crema fritas de O Carballiño! Solo con nombrarlas se abre el apetito, y no es para menos 😉. Este postre orensano tiene lo que hay que tener: una masa fina y crujiente por fuera, crema suave por dentro y un sabor que nunca falla. En O Carballiño las preparan con el mismo cariño de siempre, y se nota: cada día las pastelerías preparan allí miles de ellas y siempre igual de buenas. No hay truco, solo mucho mimo y la tradición de toda la vida. Un postre dulce, crujiente y con ese punto que siempre engancha. ¿A que no puedes comer solo una?
Alérgenos
Huevos, leche, gluten.
¿Qué productos de Larsa necesitas para hacer la receta?
Para empezar con tus cañas de crema de O Carballiño hay que hacer la masa. Une en un bol grande la harina, la ralladura de limón, la sal y el agua tibia. Incorpora un poco de aceite de oliva y mezcla con una cuchara de madera hasta obtener una masa firme que no se pegue a las manos.
Una vez lista, coloca la masa sobre una superficie enharinada y amasa durante unos 10 minutos hasta que esté elástica y homogénea. Al terminar, forma una bola, tápala con un paño y deja reposar en la nevera durante 1 hora.
Pasado ese tiempo, estira la masa con un rodillo hasta dejarla lo más fina posible. Corta tiras finas de unos 2 a 3 mm de ancho y enróllalas sobre canutillos metálicos o cañas tradicionales. Reserva.
Para hacer la crema, calienta la Leche entera de Pastoreo Larsa con la vaina de vainilla abierta, la piel del limón y la rama de canela hasta casi hervir. Retira del fuego y deja infusionar 10 minutos.
Mezcla en un bol las yemas con el azúcar hasta obtener una crema espumosa. Añade el almidón de maíz y un poco de la leche infusionada. Cuela la leche para eliminar pieles y canela y viértela sobre la mezcla de yemas.
Cocina la crema a fuego lento, removiendo sin parar con unas varillas hasta que espese. Retira del juego, remueve un minuto más y deja templar. Guarda en la nevera cubierta con papel transparente para que no forme costra.
Mientras tanto, fríe las cañas: calienta abundante aceite de oliva suave y fríe las cañas enrolladas hasta que estén doradas por todos los lados. Retíralas sobre papel absorbente.
Cuando se enfríen ligeramente, extrae con cuidado los canutillos o cañas. Saldrán fácilmente gracias al aceite.
Reboza las cañas. Vierte el azúcar en un plato hondo y pasa las cañas fritas por la mezcla para cubrirlas bien.
Para rellenar las cañas, introduce la crema pastelera fría en una manga pastelera y rellena las cañas por ambos extremos hasta que queden bien abundantes.
Coloca las cañas de crema en una fuente amplia y, si quieres, espolvorea un poco más de azúcar por encima. ¡Y listo! Sírvelas recién hechas, con la crema fresca y la masa bien crujiente.
