(Para 4 personas)
Para comenzar debes lavar en agua fría los mejillones, retirando las barbas y los restos de la concha con un cuchillo. Viértelos en una olla con un dedo de agua con sal gorda y ponla a fuego vivo. Cuando se abran, estarán listos.
Retira la cazuela del fuego y espera a que los mejillones enfríen. Reservar el agua para darle más sabor a mar a tu bechamel.
Retira los mejillones de las conchas, pícalos bien y reserva. Guarda las conchas para emplatar después tus mejillones.
Si utilizas gambas peladas solo tienes que picarlas menudas y mezclarlas con los mejillones.
Pica el ajo, la cebolla y el pimiento y sofríelos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva. Primero los dientes de ajo durante medio minuto y luego la cebolla y el pimiento. Añade una pizca de sal y en 10 minutos lo tendrás todo rehogado.
Añade las gambas y los mejillones, junto con el tomate y medio vaso del caldo de los mejillones bien colado. Si quieres darle un toque picante, añade unas gotitas de tabasco o una cucharada de pimentón picante. Deja que la salsa reduzca unos 10 minutos sin parar de remover y reserva.
Es el momento de preparar la bechamel. Utiliza la mantequilla para rehogar la harina con unas varillas y añadir luego la leche. Remueve la bechamel todo el rato hasta que esté bastante espesa y añade al final la nuez moscada.
Mezcla el relleno de mejillón con tomate y la bechamel hasta que tengas una masa homogénea y deja que enfríe. Rellena cada concha con esta pasta y pasa tus tigres por huevo batido y pan rallado.
Por último fríelos en aceite de oliva muy caliente, hasta que veas que el pan rallado está bien doradito. Escúrrelos unos minutos boca abajo en papel absorbente. No te preocupes, agradecerás que enfríen un poco antes de poder saborearlos. ¡Qué aproveche!