Preparamos la gelatina de fresa según las indicaciones del fabricante. De esa gelatina separamos 200 ml y la dejamos enfriar en la nevera para que cuaje solo un poquito.
El resto de gelatina lo dejaremos a temperatura ambiente y reservamos para la mousse. Una vez cuajen esos 200 ml (más o menos hasta que estén semilíquidos) le añadimos fresas troceadas en cuadraditos y rellenamos la copa.
La pondremos sobre un molde o algo similar que permita dejar la copa inclinada y dejamos que cuaje completamente en el frigorífico.
Una vez cuajada la gelatina preparamos la mousse, montando la nata con el azúcar.
Cuando tengamos la nata ya montada, añadimos la gelatina que teníamos reservada.
Importante: esa gelatina tiene que estar fría, no debemos mezclar en caliente, además de que es importante que no esté cuajada del todo. Si eso sucede, puedes calentarla unos segundos en el micro.
Mezclamos la nata y la gelatina suavemente, rellenamos las copas y las dejamos en la nevera un máximo de 2 horas.
Decoramos a nuestro gusto… Y listo.