Lo primero que vamos a hacer es sacar la mantequilla de la nevera para que se ablande.
Mientras tanto, hacemos un pequeño corte a las castañas y colocamos un cazo con agua en el fuego. Cuando comience a hervir, añadimos las castañas y las escaldamos durante 5 minutos.
Retiramos las castañas del fuego, las pelamos, picamos en cuartos y reservamos.
Vertemos la leche en un cazo y lo colocamos al fuego a temperatura media. Cuando la leche comience a calentarse, añadimos las castañas troceadas y dejamos que se cocinen durante 15 minutos.
Transcurrido ese tiempo, batimos las castañas junto con la leche hasta obtener una mezcla homogénea y reservamos.
Separamos las yemas de las claras y guardamos las claras en la nevera.
En un bol introducimos las yemas, la mantequilla, 170 g de azúcar y batimos bien. En cuanto estén integrados todos los elementos, añadimos la crema de castañas y volvemos a batir.
Precalentamos el horno a 180ºC durante 10 minutos. Mientras tanto, introducimos las almendras, la harina y la levadura en un bol y añadimos poco a poco, sin dejar de remover, la masa obtenida anteriormente y reservamos.
Sacamos las claras de la nevera y las batimos -a velocidad alta- con los 30 g de azúcar. En cuanto estén montadas, las añadimos a la crema, removiendo con movimientos envolventes.
Untamos el molde con un poco de mantequilla, vertemos la masa y horneamos unos 30-35 min a 180ºC. Transcurrido ese tiempo, comprobamos pinchando con un palillo que la tarta esté hecha. Si sale limpio, retiramos la tarta del horno. Si no, dejamos que se cocine durante 5 minutos y volvemos a comprobar.
Sacamos la tarta del horno y dejamos enfriar. ¡Decoramos con azúcar glas y listo!