Las semillas de chía y el yogur son dos alimentos que, por separado, ya ofrecen muchos beneficios. Pero cuando se combinan, se potencian. En este artículo te contamos cómo comer chía con yogur, qué aporta cada uno y por qué esta combinación tan fácil de preparar puede convertirse en tu nuevo ritual saludable.
Chía: pequeña por fuera, poderosa por dentro
La chía es la semilla comestible de la planta Salvia hispanica, originaria de Centroamérica. En los últimos años, las semillas de chía se han convertido en un alimento estrella por su excelente perfil nutricional.
Las semillas de chía tienen un alto contenido en grasa (30-33 %), son fuente de proteínas (15-20 %) y destacan por ser ricas en fibra (30-34%), tanto insoluble como soluble, que representa prácticamente la totalidad de los carbohidratos.
Aunque no alcanza la calidad proteica de los alimentos de origen animal, una característica interesante de la chía es que sus proteínas contienen todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo humano necesita incorporar a través de la dieta. Esto no es habitual en los alimentos vegetales. Además, la chía no contiene gluten, lo que la hace apta para personas con celiaquía o sensibilidad al gluten.
Dentro de su fracción grasa, aproximadamente el 60 % es ácido alfa-linolénico (omega-3) y el 20 % es ácido linoleico (omega-6). Estos ácidos grasos se consideran esenciales, ya que el organismo no es capaz de fabricarlos, y deben ser aportados por la dieta.
La chía también es una buena fuente de vitaminas del grupo B, como la B1, B3 y biotina, y es rica en minerales como potasio, calcio, fósforo, magnesio, hierro, zinc, cobre y manganeso.
Además, la chía contiene polifenoles con propiedades antioxidantes como quercetina, ácido rosmarínico, ácido cafeico, ácido clorogénico y kaempferol, entre otros.
Yogur: un clásico en nuestras neveras
Si buscas una forma deliciosa y saludable de incorporar las semillas de chía en tu dieta, nuestro clásico Yogur Natural con Leche de Pastoreo LARSA es el compañero perfecto. Elaborado con leche de pastoreo certificada, nuestro yogur natural tiene una textura suave y un sabor auténtico que combina de maravilla con las semillas de chía.
El yogur es un alimento fermentado que se obtiene mediante la acción de bacterias vivas como Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus. Por cada 100 g, nuestro Yogur Natural con Leche de Pastoreo LARSA aporta:
- 58 kcal
- 2,5 g de grasas
- 4,8 g de hidratos de carbono (en forma de lactosa naturalmente presente)
- 4 g de proteínas de alta calidad
- 130 mg de calcio → 16% del Valor de Referencia de Nutrientes (VRN)
El yogur natural es una buena fuente de calcio de fácil absorción, ideal para cuidar tus huesos. Además, es rico en proteínas de alto valor biológico que ayudan a mantener y aumentar tu masa muscular, ya que aporta todos los aminoácidos esenciales. Y al ser fermentado, contiene menos lactosa que la leche, lo que lo hace más fácil de digerir para algunas personas intolerantes a la lactosa.
Beneficios de la combinación chía + yogur
Si necesitabas una lista de motivos por los que combinar la chía con yogur, aquí los tienes:
- Los nutrientes que aporta la chía (omega 3, fibra, proteínas, antioxidantes) se asocian con la salud cardiovascular, la regulación de la glucemia y el colesterol y la funcionalidad intestinal.
- Se combinan proteínas de origen animal y vegetal, que aportan todos los aminoácidos esenciales que necesitamos ingerir a través de la dieta para mantener nuestros músculos y tejidos.
- Juntos, el yogur y la chía contribuyen a cubrir los requerimientos de minerales como calcio, potasio, magnesio y fósforo, y vitaminas del grupo B.
- La chía es rica en fibra insoluble y soluble, por lo que complementa al yogur y hace que la combinación sea mucho más completa.
- Estarás ingiriendo compuestos bioactivos como polifenoles en la chía y cultivos lácticos vivos en el yogur.
Cómo comer chía con yogur
Hay muchas formas de incorporar esta mezcla a tu dieta. Aquí te presentamos las más prácticas y sabrosas:
Chía hidratada en yogur
Una de las formas más comunes es dejar que las semillas de chía se hidraten directamente en el yogur. Cuando las semillas de chía entran en contacto con una sustancia acuosa, en poco tiempo aparece el mucílago, un tipo de fibra soluble que forma un «gel» transparente que rodea la semilla.
Basta con mezclar una cucharadita (10 g) de semillas con un yogur natural (125 g) y dejar reposar al menos 30 minutos en la nevera. También puedes dejarlo toda la noche reposando en la nevera para tener un desayuno rápido, saludable y saciante, listo para consumir al día siguiente.
La textura es sorprendente: al hidratarse la chía, se forma un gel viscoso y la mezcla se vuelve más cremosa y espesa. Puedes añadir fruta fresca, canela, cacao o frutos secos por encima para enriquecer el sabor.
Chía molida con yogur
Otra opción, si no quieres esperar a hidratar la chía para aprovechar todas sus propiedades, es triturar las semillas antes de mezclarlas con el yogur.
Esto mejora la absorción de los ácidos grasos, ya que la cáscara de las semillas de chía puede dificultar su digestión y biodisponibilidad si se consume entera, sin triturar ni hidratar.
Postre cremoso de yogur, chía, café y cacao
Si tienes un poco más de tiempo y buscas algo más especial, prueba esta deliciosa receta. Combina la cremosidad de nuestro Cremosísimo Natural con el sabor intenso del café y el toque de cacao, además de las semillas de chía para sumar fibra y saciedad.
Mezcla 100 g de nuestro Cremosísimo Natural con 1 cucharadita de café instantáneo, 2 cucharaditas de semillas de chía, endulzante al gusto y un chorrito de extracto de vainilla. Tritura todo y coloca en un vaso o frasco.
Para la capa superior, mezcla 70 g de Cremosísimo Natural con 1 cucharadita de cacao puro en polvo y añádelo sobre la base.
Añade unas nueces picadas por encima y guarda en la nevera 1-2 horas para que mejore la textura y ¡listo!
¡Larseiro, ahora ya sabes cómo incorporar la chía en tu día a día y combinarla con cualquiera de nuestros yogures elaborados con Leche de Pastoreo! Una combinación sencilla y deliciosa (¡y muy saludable!) 😉