Cómo hacer melindres gallegos

Los melindres gallegos son un postre típico de la zona de Melide, en A Coruña, y muy similar en sabor a las rosquillas de feria. Este dulce, que tiene su propia fiesta gastronómica en mayo, tiene su origen en la época medieval y está asociado al Camino de Santiago.  

La receta se la debemos a los monjes que vivían en los monasterios cercanos y que preparaban los melindres como un dulce energético con el que los peregrinos podían llevar sin demasiado esfuerzo y sin que perdiesen sus propiedades, para reponer fuerzas rumbo a Santiago. 

Desde entonces, el melindre, como otros postres de la zona, empezó a popularizarse como una receta doméstica y familiar que se transmitió de generación en generación. En el último siglo también se ha convertido en uno de los dulces típicos de venta en obradores y pastelerías de la zona. Sin embargo, la receta para hacer melindres gallegos en casa es bastante sencilla, sobre todo si empleas ingredientes de calidad, como la Mantequilla tradicional Larsa y sigues nuestros pasos para que te salgan a la primera.  

En nuestra receta les daremos la forma tradicional que tienen en Melide, pero si lo prefieres, puedes hacerlos con forma de rosquilla; el resultado es similar.  La receta original lleva huevos, harina de trigo y mantequilla, así que debes tener en cuenta que contiene alérgenos. 

Ingredientes para unos melindres perfectos

  • 200 gramos de harina especial de repostería 
  • 20 gramos de Mantequilla Tradicional Larsa 
  • 20 ml de licor de anís 
  • 4 yemas de huevo grandes 
  • 200 gramos de azúcar 
  • 100 ml. de agua 
  • Ralladura de medio limón pequeño (opcional)

Cómo elaborar los melindres gallegos paso a paso 

Como en otras recetas de postres, es importante que antes de empezar te asegures de que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente, así que saca los huevos y la mantequilla de la nevera con tiempo suficiente. 

  1. Bate bien las yemas de huevo en un bol y añádeles la mantequilla derretida a temperatura ambiente y el anís. 
  2. Remueve bien la mezcla, añade la ralladura de limón si lo deseas y empieza a agregar la harina tamizada poco a poco, integrándola en la masa con ayuda de unas varillas para evitar los grumos. 
  3. Cuando termines con la harina, la masa será más espesa y tendrás que usar las manos para mezclar. 
  4. Una vez que tengas la masa integrada, fina y que no se pega a las manos o a la encimera, es el momento de amasar con las manos durante unos diez minutos. 
  5. Cubre la masa con un film y déjala reposar en una zona cálida durante una hora. 
  6. Pasado este tiempo, empieza a dar forma a los melindres. Coge pequeños trozos de masa y crea unos canutillos alargados frotando con tus manos la masa. 
  7. Después, dales forma de pequeños aros dejando hacia el interior del aro los extremos del canutillo, como si quisieras hacer un nudo con la masa. 
  8. Precalienta el horno a 220º durante 10 minutos y cubre la bandeja de horno con papel de hornear.  
  9. Coloca los melindres sobre el papel e introduce la bandeja a media altura y con calor arriba y abajo. Hornea durante 10 minutos, hasta que estén ligeramente dorados por fuera. 
  10. Retira la bandeja del horno y deja enfriar los melindres sobre una rejilla. 
  11. Mientras, prepara el almíbar para glasear los melindres, es una de las operaciones más sensibles de la receta. 
  12. Pon el agua al fuego en un cazo, añade el azúcar y calienta a fuego medio sin dejar de remover durante al menos 5 minutos.
  13. Cuando el almíbar adquiera su textura ideal ligeramente espesa, retira el cazo del fuego y vierte los melindres sobre él. Es importante removerlos inmediatamente para que todos se impregnen del almíbar antes de que éste se enfríe.
  14. Vuelve a colocar los melindres sobre la rejilla para enfriar y asegurar un buen cuajado del glaseado. ¡Listos para disfrutar!

¿Cuándo y con qué disfrutar de tus melindres gallegos caseros? 

Como has podido comprobar, la receta de melindres es muy fácil y se puede preparar en cualquier momento del año porque no lleva ningún producto de temporada. Así que puedes elaborarlos y servirlos como postre, como acompañamiento en una sobremesa con café o té, en una merienda o llevarlos a cualquier celebración a la que te inviten. 

Recuerda que, en su origen, los melindres se elaboraban para llevar durante un largo camino a pie, así que es un postre consistente, que se mantiene en buen estado durante algunos días, sobre todo si los guardas en un recipiente hermético. Además, si has seguido bien los pasos, no es un postre frágil o que tenga que mantenerse en la nevera, así que puedes llevar tus melindres gallegos al parque, de excursión o disfrutar de ellos entre horas, en el trabajo o entre clase y clase. 

Si quieres seguir la tradición, también puedes elaborar tus melindres el segundo domingo de mayo y celebrar esta receta tradicional como un vecino más del municipio de Melide.  

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